Libertad
- Iván Sánchez
- 23 feb 2016
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El pensamiento agustiniano acerca de la libertad, al igual que en otras cuestiones, es un pensamiento teológico, que nada tiene que ver con las reflexiones actuales acerca de la misma cuestión.
Desde nuestro punto de vista, libertad y, liberum arbitrium» (libre albedrío) son sinónimos, para san Agustín, no.

El ser humano ha sido concebido en libertad, dotado de capacidad para amar a su creador, pero, debido al pecado original, ha perdido esa libertad. Por tanto, desea poder recuperar el liberum arbitrium, el libre albedrío o la libertad. En el pensamiento agustiniano el ser humano comete el pecado por el liberum arbitrium (libre albedrío) o por la voluntad, y es incapaz de volver a levantarse por sus propias fuerzas.El pecador no puede, sin la gracia de Dios, amar al propio Dios. En definitiva: podemos hacer el mal sin ayuda de nadie, pero para hacer el bien necesitamos la ayuda Dios.
A san Agustín le interesa liberar al ser humano de los obstáculos que le impiden alcanzar el bien. El obispo de Hipona es un ser humano dotado de gran sensibilidad y, sobre todo pastor de almas, así, se pregunta a sí mismo: En la actualidad diríamos que porque son libres. En los siglos siguientes a san Agustín la pregunta será la siguiente: Precisamente por ello, para que fuera ser humano, Pues no sería ser humano si no fuera libre.